Regate: Qué es y por qué es importante manejar la técnica

Dentro de las múltiples técnicas que existen en el fútbol, el regate es una de las más fundamentales. ¿Quieres saber el motivo? Te invitamos a descubrir eso y mucho más.
¿Qué es el regate?
El regate es un tipo de acción técnica empleada en el fútbol. Este posibilita avanzar con el balón sobre el campo, a la vez que se conserva su posesión y control. Con él, también se desborda al adversario para que este no intervenga en el juego.
Dentro de las técnicas de fútbol, el regate se englobaría dentro de las que son de tipo individual. Además, se trata de una acción en la que la fantasía, la habilidad, la imaginación y la personalidad del jugador se pueden sacar a relucir.
Dado que su ejecución nace del propio individuo, puede llegar a ser una característica muy diferenciadora respecto al resto de los jugadores.
Aunque se piense que la habilidad lo es todo en el regate, como se ha mencionado, son muchos los factores que pueden propiciar uno bueno.
Hay jugadores que pueden desbordar al contrario o a toda una línea del equipo adversario, aprovechándose simplemente de la velocidad y el cambio de ritmo. Sin embargo, nada de eso es posible sin una fuerte dosis de confianza en sus posibilidades y decisión.

Tipos de regates
Los regates se pueden dividir en dos grupos:
- Los simples. Son los regates en los que no se realiza ninguna acción previa para engañar (finta). Por tanto, solo se efectúa un cambio de dirección o de ritmo. Dentro del regate simple, se pueden observar tres variantes:
- Cuando el balón y el jugador cambian en distinta dirección.
- Balón y jugador cambian en la misma dirección.
- El jugador cambia de dirección, pero el balón sigue en la misma.
- Los compuestos. Son los regates en los que se realiza una finta previa.
Entre los tipos de regates más conocidos se encuentran:
- Autopase. Supone lanzar el balón por un lado del oponente, para recogerlo por el otro, a su espalda.
- Sombrero o vaselina. El jugador eleva el balón por encima de su rival para despistarlo y recuperar con facilidad la posesión del mismo.
- Freno. El jugador que lleva el balón se detiene bruscamente y realiza un cambio de dirección.
- Túnel o caño. Con este regate, quien lleva el balón lo pasa por medio de las piernas del adversario.
¿Por qué es importante manejar el regate?
Aunque se trate de una técnica individual, el manejo correcto del regate puede resultar muy beneficioso para el conjunto del equipo.
Entre las ventajas que aporta, se encuentran:
- Posibilita desequilibrar al oponente y dejarlo fuera de una jugada.
- Permite colocar al jugador en situación de una segunda acción.
- Con el regate también se pretende permitir el desmarque y la penetración de otros compañeros del mismo equipo.
- Con esta técnica se gana tiempo en el juego.
- También se puede crear una psicología negativa en el adversario, al “descolocarlo” con la jugada.
- Permite improvisar acciones.
- El regate sirve de desahogo para los compañeros en ciertos momentos.
- Concede ser, en ese instante, “dueño del juego” a quien lo realiza.

Características de un buen regateador
Existen ciertas cualidades que debe poseer un buen regateador para ser considerado como tal:
- Debe contar con un perfecto control de los apoyos en el suelo.
- También tendrá un dominio del balón impecable, pese a encontrarse con la oposición.
- Es esencial que cuente con un perfecto control de su cuerpo y una excelente coordinación.
- Visión perfecta de la situación de los demás jugadores, tanto compañeros como adversarios en el terreno de juego.
- Debe saber mantener la distancia con su oponente. Eso supone no echársele encima y, además, observar la colocación de los pies del adversario. Y es que el jugador que lleva a cabo un regate, no solo depende de sí mismo en el movimiento, sino también de lo que haga su contrincante para intentar lograr el balón.
- Tiene que llevar muy cerca el balón, sin perder su control en ningún momento.
- El equilibrio es esencial para el regate. Es fundamental mantener el centro de gravedad bajo.
- La velocidad en ejecución y reacción también debe ser buena.
- Un buen regatista tiene que poseer un buen cambio de ritmo en la progresión, para mover el balón fuera del alcance del oponente y conseguir engañarle.
- Debe tener muy clara la acción que se va a realizar tras el regate.
- Además, lo ya mencionado: habilidad, imaginación y creatividad. Solo así supondrá sorpresa para el adversario.
- Por último, no olvidemos la seguridad del regateador. Sin ella, es imposible realizar esta técnica.
